Homenaje a Carballido

Varios homenajes en diferentes partes del mundo se le han realizado al dramaturgo mexicano Emilio Carballido, a raíz de su reciente fallecimiento el pasado 11 de febrero de 2008. En esta Edición, Raskolnikov publica la carta donde su amigo y discípulo Rascón Branda lo recuerda.


Los múltiples escenarios de Emilio Carballido
Uno cree que los ahuehuetes de Chapultepec van a estar ahí toda la vida. Uno no sabe que la vida es breve, como un suspiro, hasta que nos llega la mala noticia.Uno veía tan feliz y sonriente al Maestro Carballido, viajando a Rusia en pleno invierno para recibir homenajes; en Xalapa, celebrando los 30 años de la revista Tramoya, en San Pedro de los Pinos en la inauguración del Parque que lleva su nombre, en el Círculo Teatral festejando sus 80 años, que creía que Emilio Carballido siempre estaría ahí, entre sus gatos y pinturas, recibiendo a sus discípulos y amigos con esa sonrisa y calidez tan suyas.
Lo sabemos la gente de teatro, aunque nunca lo digamos, Emilio Carballido es el padre de la dramaturgia mexicana contemporánea, no sólo por los dramaturgos que se formaron con él en el IPN, en la UAM o en su casa de Xalapa, sino por el contenido de sus obras.
En los años 50, el teatro de este país todavía volvía sus ojos a Europa. Salvo Celestino Gorostiza y Rodolfo Usigli, nadie quería hablar de los asuntos y personajes mexicanos. No era de buen gusto abordar la pesadilla de nuestra cotidianidad. Pero hay encuentros afortunados. Salvador Novo, funcionario del INBA, descubre a tres jóvenes, Luisa Josefina Hernández, Sergio Magaña y Emilio Carballido, y estrena sus obras en el Palacio de Bellas Artes.
Emilio Carballido estudia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, es becario del Centro Mexicano de Escritores y viaja a Estados Unidos para ver teatro. Suponemos que allá ante Lilian Hellman, Arthur Miller y Tennessee Williams tomó conciencia del teatro con personajes cotidianos, en situaciones reales.
Emilio Carballido, aunque no creía en los géneros dramáticos, los exploró todos. Las obras del Maestro Carballido tienen que estar en los escenarios. Felicidad o Acapulco los lunes deben volver a los escenarios, como también Medusa, El día que se soltaron los leones o Tiempo de ladrones, sobre las aventuras de Chucho El Roto, obra que dura cuatro horas y en la que el público decide en un sorteo el orden de las escenas. El Maestro Carballido le hizo un gran homenaje a la Ciudad de México con su antología de obras breves del DF, que son el caballito de batalla de grupos independientes y estudiantes de teatro. Aquí están 24 viñetas sobre personajes populares del DF en su circunstancia cotidiana. Hay una mirada amorosa del autor sobre estos personajes y sus historias que han sido tomados de la calle y vueltos materia dramática. ¿Será por estas obras que califican al Maestro de costumbrista? En todo caso será el realismo el estilo al que correspondan.
No puede quejarse el Maestro Carballido de los directores que escenificaron sus obras. Nada menos que Fernando Wagner, Salvador Novo, L. Rooner, Dagoberto Guillaumin, Héctor Mendoza, Anna Sokolow, Luis Martín, William Oliver, José Solé, Abraham Oceranskyi, Julio Castillo, Alejandro Gutiérrez, Martha Luna, Raúl Quintanilla y su director consentido, Ricardo Ramírez Carnero.
El Maestro Carballido nos deja tres obras de teatro y una novela inéditas. La vasta obra dramática del Maestro nos impide recordar que fue un buen novelista. Se ocupó también de teatro y narrativa para niños. Fue autor y adaptador de 34 guiones cinematográficos (Macario, Nazarín, El hombre de los hongos, Días de otoño, El águila descalza, La rosa blanca).
Por si no bastara su valiosa obra, el Maestro Carballido fue un generoso promotor de nuevos autores. Cargaba en su maleta fotocopias y textos de autores jóvenes y los llevaba a festivales o a estrenos de sus obras en Centro, Sudamérica y Nueva York. Una obra mía, Manos arriba, apareció de pronto en Costa Rica, en Puerto Rico y en Nueva York. ¿Cómo les llegó el texto?, pregunté. Nos lo trajo el Maestro Carballido, respondieron.
En los 80, cuando las empresas de televisión intentaron sacar sangre a los actores para averiguar si tenían sida, el Maestro inició la protesta que logró la suspensión de la campaña. A finales de los años 70, no había una sola obra mexicana en la cartelera teatral comercial ni en la de la UNAM, ni del INBA. El Maestro Carballido preguntó a los productores y a las instituciones por qué no montaban teatro mexicano. No hay dramaturgos, le respondieron. Sí hay, y muchos, respondió el Maestro. Entonces se acercó a Difusión Cultural de la UAM, que dirigía el joven Carlos Montemayor, y le sugirió a Guillermo Serret, el coordinador de teatro, la creación de un movimiento teatral, ese que se conoce como Nueva Dramaturgia Mexicana.
Lo regional es lo universal, escribió Octavio Paz. Si quieres ser universal habla de tu aldea, afirmó León Tolstói, aunque se adjudica la frase a Chéjov. El Maestro Carballido habló de Córdoba, del DF y de pueblos desconocidos de provincia. Su estatura dramática rebasa nuestras fronteras. Por eso tantos homenajes recibió en Rusia, Costa Rica, Colombia, Venezuela, Argentina, Nueva York y Cuba, por citar algunos. El Maestro Carballido es una de los grandes constructores del teatro mexicano. Un teatro que huele y que sabe a México. El Maestro Carballido abrió nuevos caminos para el teatro mexicano. Nos puso ante un espejo, nos hizo mirarnos tal como somos. Polémico, beligerante, generoso, lúcido, guerrero de muchas batallas, de sonrisa pícara, de voz inconfundible, que hablaba y sonreía como si no estuviera hablando en serio, fue, es y será una presencia valiosa y trascendente en la cultura mexicana.

Víctor Hugo Rascón Banda
Dramaturgo y presidente de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM)
Fuente: El Ángel de Reforma / México

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